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Fundació Grama

Manolo

  • Pere Ferreres

El fútbol es una excusa para lograr la integración de la gente. Por eso, Manuel García Morales, que jugó al fútbol 12 años y no paró de marcar goles con el At. Calatrava, es una pieza básica de la maquinaria de la F.E. Grama. La entidad contribuye con el programa de Medidas Penales Alternativas al cumplimiento de las penas. “Somos los ojos del Juez de Vigilancia Penitenciaria”, dice este hombre responsable, honesto, leal y solidario que hace equilibrios en ese abismo que hay entre la justicia ideal y la letra de la ley. “Una entidad como la nuestra no puede vivir al margen de lo que sucede en su entorno”.

Todo el barrio de El Carmel lo conoce por Manolo, desde que llegó con 18 años en 1957 procedente de Málaga, donde estudiaba. Nació en Santiago de Calatrava (Jaén) y es primo hermano por dos veces de Antonio Morales, el ideólogo de la F.E. Grama. “Nos parecemos mucho”, admite.

Se bregó en los años duros del Baix Llobregat y fue clave su aportación al Ayuntamiento de L’Hospitalet durante 3 décadas. “Me he considerado siempre un servidor público”. Es feliz en Santa Coloma. “¡Ya me veo en tercera división!”, exclama Manolo con el máximo respeto.